domingo, 22 de febrero de 2015

Deseo y tragedia.


Imagínese una barcaza de salvamento, desamparada en el ancho de la mar, alejada de la costa en un caluroso mes de agosto. En ella, hallábase a dos individuos: ella con vestiduras blancas, y él con atuendo de color negro pantera; ambos con el ropaje húmedo y envestido de salitre.
Embarcados hace apenas unos minutos en un lujoso yate turístico. En él, encontrábamos cinco figuras del cine, de las cuales, una era dueña del yate; y otro tanto de personal que compartía lugar de trabajo.

Ocurrió un extraño y funesto suceso: El motor explosionó y la cubierta de la proa se elevó hasta despegarse y arrojar a aquellos cinco faranduleros que se encontraban en el jacuzzi a la mar, junto con varios de los operarios que en la sala de máquinas trabajaban y acabaron trágicamente calcinados por las llamas. En ese instante, el Capitán descansaba y el barco se hundió rápidamente sin ninguna oportunidad de poner en marcha el plan de salvamento. Él, sin faltar a su juramento como capitán, se hundió sin separarse de su tripulación.
El primer oficial de puente, junto con uno de los camareros del yate, desamarró un bote salvavidas y se echaron al agua antes de hundirse por completo el pequeño buque.

Observaron los cuerpos sin vida de aquellos que fueron lanzados al agua salada, y ahora posicionados de bruces sobre la superficie del mar yacían inmóviles.

Fue entonces, tras la asimilación de lo ocurrido, cuando ambos supervivientes se miraron el uno al otro y a pesar de la situación que les precedía, se enamoraron al instante.

Desconocían el motivo por el cual explotó el motor de la nave; no tenían recurso alguno para poder comunicarse con las unidades de salvamento; el sol calentaba con fuerza sus húmedas cabezas; y a pesar de todo aquello, ambos tenían una especial afección por esa precaria situación.

Ese cariño que sentía uno por el otro se propagó por toda la balsa pocas horas sucedido el accidente, inmolador de gentes.

Acaecieron los días y nadie llegaba en su auxilio. Él murió de deshidratación. Ella pudo narrar el suceso tras varios días delirando sola en la barca, hasta que un barco mercante avistó la barcaza y pudo ser rescatada.

El amor, sentimiento aleatorio, que surge en momentos enigmáticos de la vida y del cual, traslucen numerosas ideas, como en este caso, la fugacidad y el salvajismo.

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